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Tlatelolco; espacio del tiempo



"Es en este lugar donde el mexicano posee una conciencia

y una manera de ser que lo va construyendo en el paso de los años."



Desde enero del 2021 he tenido la experiencia de estar viviendo en una ciudad que me ha dejado una gran satisfacción: La Ciudad de México, capital de la Republica y que ejerce atracción y repulsión a una misma vez a todo habitante de este enorme país.


Recorrer sus calles diariamente en caminatas y teniendo la cercanía con el centro histórico ha sido para mí una gran experiencia, esas calles que están llenas de historias y personajes, que al deambularlas y levantar el rostro fijando la mirada sobre edificios, tiendas, iglesias, personajes, es toda una experiencia que no se agota para quienes disfrutamos observar a nuestro alrededor.


Y, es en mi ser franciscano que este lugar me trae muchas satisfacciones y retos diarios desde mi lugar de residencia: la antigua parroquia de Santiago Tlatelolco en donde los sabios franciscanos del siglo xvi, en especial Fray Bernardino de Sahagún ( ? - 1590) fundaron una presencia que llegaría a ser tan importante por la fundación de su Real Colegio de la Santa Cruz, lugar en donde se escribieron algunos de los códices que son fuente para el estudio de la sabiduría y manera de ver el mundo de los antiguos mexicanos, mostrándonos el trabajo científico y espiritual que los hijos de San Francisco ejecutaron en esos años tempranos.


Es en este lugar donde el mexicano posee una conciencia y una manera de ser que lo va construyendo en el paso de los años. Lugar de sangre (aquí inicia la dolorosa caía del imperio mexica), lugar de revueltas sociales (estudiantes de 1968), de pánico por temblores (1985 el que se recuerda y aun con consecuencias en nuestra Iglesia por el del 2017), donde la modernidad de la primera mitad del siglo XX manifestada en la arquitectura del Arquitecto Mario Pani se ha convertido en una cara olvidada y sucia de lo que fue un lugar que inspiraba asombro.


Aquí es donde nos encontramos presentes… dando respuesta a las necesidades del pueblo de Dios en una ciudad que, aunque pareciera que deja de creer, quienes vivimos aquí nos damos cuenta de que no es así, se cuenta con un grupo de cristianos que viven su fe y que quieren también hablarle a esta ciudad de lo que es la experiencia que a ellos les transforma la vida.


Rumbo a los 500 años de presencia franciscana en México, que estaremos celebrando el próximo 2024, y que será un buen momento para replantearnos ¿quiénes somos?, ¿a qué vinieron nuestros antepasados? ¿con qué intención? y cuestionarnos si estamos también como ellos respondiendo de manera activa a nuestra época con creatividad y dinamismo, siendo significativos para este momento de nuestra historia, siguiendo las huellas de los frailes que han dado su vida hasta la actualidad por este emblemático lugar.




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