2020. En el dÃa de la liberación del Italia
Eran como ganas de liberación;
de lucha ganada con dolor,
de dolor que sana de heredada independencia.
Eran como ganas de belleza;
de crear de la nada, de lo vivido, o copiarlo,
algo de amor para alguien que no tiene rostro.
Eran como ganas de vida;
de respirar sin descuido del disfrute de aquel aire,
como exhalante viento en la calle que me traÃa el sabor del estar vivo.
Eran como ganas de charlar sobre cualquier cosa;
de lo profundo o lo banal, discutir por algo,
cualquier dialogo que creara el pretexto de estrecharnos las manos.
Eran como ganas de alimentar al gato callejero que pasando me ignoraba;
como nuestro, como de todos, como sagrado,
como agradeciéndole su paso divino en este frágil titubeo comunitario.
Eran como ganas de comenzar de nuevo,
comenzar de cero, comenzar mejor;
de un comienzo definitivo con una conquista ya saboreada.
Eran ganas de liberación, sÃ,
de lucha ganada contra el enemigo que amenaza robar nuestros futuros.
Era victoria anticipada, antesala de aceptada paciencia.
¡Era ganar una libertad en tierra que no es nuestra!
Era, y es, respeto por el otro, por lo otro; naciente pasión por una tierra que se hizo mÃa;
que se adhirió a mÃ, que ahora es piel, con moretones y sangres, pero piel.
Escrito en el dÃa 40 del confinamiento que aún no termina
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