Como el sol inesperado
llegas aquí donde algo de mí te esperaba, Algo ansioso, algo sincero, algo efímero.
Porque llegar no es sólo llegar. Llegar es calmar el ansia. Llegar es cubrir lo ausente.
Porque llegar no es aumentar. Llegar es contribuir a crecer. Llegar es permitir amar.
Y llegas aquí donde el horizonte se ve azul; misterio, alegría, ansias de ser.
No es que la existencia se sienta vacía, menos que el andar sepa a inutilidad. Es simplemente que se aferran al deseo de ser feliz.
Y llegas aquí para burlarte de la soledad, pues con tu sencillez le dices que es endeble. Porque si es cierto que al que anhela alcanza, es más verdad que al que ama la vida le acaricia.
Si sonríes, si sonrío, el sol dibuja su risa. Si observas, si observo, Dios nos mira. Si nadie sufre, entonces pregúntale al dolor: ¿Qué haces?, si yo he llegado ya.
Noviembre 2004
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